Cuando llegó el momento de buscar una escuela, lo primero que quisimos conocer fue una escuela Monetssori, nuestro plan era evaluar distintas escuelas y decidir que era lo mejor para nuestra pequeña hija que nunca habíamos dejado en guardería, maternal, nana o ni siquiera la abuela de forma rutinaria.
Es así cómo el momento del Kinder llegó y visitamos una escuela Montessori, lo primero fue hablar con la directora académica, que nos explicó cual era la filosofía y en que se diferencia a las escuelas tradicionales.
Luego fuimos a un salón y simplemente nos maravilló, tanto a nosotros cómo a nuestra pequeña que al entrar pidió una silla y preguntó si se podría ya quedar en el salón.
Lo que vimos fue un salón completamente distinto a lo tradicional, las mesas no están todas en una dirección apuntando hacia el pizarrón, están en pequeñas islas regularmente de 3 donde cada niño trabaja con una actividad.
Los niños no permanecen quietos en sus sillas, están constantemente ineractuando con otros, yendo a buscar su material y observando sobre el trabajo de los demás.
Nos gustó tanto que simplemente dijimos: “este es el lugar, no queremos buscar más”.
¿Cómo inició el método Montessori?
El Método Montessori nació cuando la doctora Maria Montessori trabajaba con niños con dificultados de aprendizaje, probablemente muchos de ellos eran neurodivergentes.
Diseño un sistema de trabajo basado en la observación y experimentación, el modelo funcionó tan bien con los niños con dificultades que el siguiente paso fue preguntase cómo podría funcionar con los demás.
Lo irónico es que 100 años después, muchas escuelas le dan la espalda a niños neurodivergenes que son quiénes más se pueden beneficiar de este método y que en cierta forma son los que permitieron que exista.
Muchas escuelas usan el método para fines de marketing pero fallan a muchos de los conceptos básicos:
1. Seguir al niño
Uno de los conceptos más esenciales de la filosofía es la observación, entender que cada niño es diferente, observarlo, seguirlo y dejar que aprenda a su ritmo.
La Dra. Montessori enfatizaba en que cada niño aprende a su ritmo y de manera única.
Se olvida cuando: Tienen el parámetro de la comparativa del nivel de aprendizaje basado en el de sus compañeros.
2. Ambiente Flexible
El niño debe poder elegir su material, el ambiente debe estar preparado para que el niño sea independiente y pueda elegir el material con el cual trabajar.
Se olvida cuando: Aunque el material está disponible para todos los niños, regularmente tienen que elegir entre opciones que la guía les presenta y no pueden elegir realmente el material con el cual quieren experimentar.
3. Libertad de Movimiento
Según Montessori, el aprendizaje ocurre con la experimentación física y sensorial. Muchos niños neurodivergentes exploran través del movimiento.
Se olvida cuando: Los niños tienen que estar sentados en su lugar y seguir las instrucciones de distintas rutinas dentro del ambiente.
4. Autonomía respetuosa con acompañamiento
El ambiente Montessori fomenta la autonomía de los niños, ellos toman su material, limpian sus espacios, preparan su comida y limpian.
Se olvida cuando: Los niños aún no están preparados para realizar ciertas tareas y la escuela no se adapta al nivel de autonomía de cada niño.
5. Sin Premios ni Castigos
Según Montessori, no debe haber premios ni castigos, el niño debe encontrar la motivación en el mismo hecho de aprender y avanzar.
Se olvida cuando: Se aplican reglas a los niños por no permanecer en su lugar, se usa la palabra “consecuencia”, pero basicamente esa consecuencia no deja de ser un castigo.
La ironía es que Montessori diseñó su método gracias a aquellos niños que no encajaban en el sistema tradicional, y ahora muchos de ellos son rechazados por las mismas escuelas que llevan su nombre.
Una escuela Montessori realmente fiel a su filosofía debería ser el mejor lugar para niños neurodivergentes.
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