Neuro Blog

Mes: mayo 2025

¿Por qué aumentan los diagnósticos neurodivergentes?

En el año 2000: 1 de cada 150 niños era diagnosticado con Autismo, hoy se diagnostica a 1 por cada 40.

¿Qué es lo que está pasando?, ¿cuales son las principales teorías ignorantes que vemos en la sabiduría de Facebook?

Top 5 teorías conspirativas:

  1. Si fuera una cuestión genética, es imposible que se de en un tiempo de 24 años.
  2. Tampoco fueron las vacunas, esa teoría ya ha sido ampliamente descartada y sobre todo, los esquemas y tipos de vacunas no cambiaron drásticamente del año 2000 al 2024
  3. Es tentador culpar a la contaminación ambiental, pero los contaminantes en el agua no aumentaron lo suficiente para generar este cambio, de hecho en muchos países la calidad del agua mejoró en estos tiempos y el indice de diagnósticos de autismo no.
  4. La comida tampoco es la culpable, si bien han cambiado las preferencias por comida de conveniencia y ultra procesada, no hubo un cambio sustancial en estos 24 años.
  5. Los celulares, wifi y torres 5G son algo que han surgido en estos años pero no tienen la potencia necesaria para alterar el desarrollo neurológico de forma tan masiva y específica.

¿Qué fue lo que cambió?

Y definitivamente no es una “epidemia real” en el sentido tradicional. Los cerebros neurodivergentes no aparecieron súbitamente en el año 2000 ni mucho menos se triplicaron para el 2024. Siempre existieron. La pregunta es: ¿por qué ahora los vemos… o los etiquetamos… de manera tan diferente?

Antes Genios, Ahora Diagnósticos

Seguramente has notado que muchos personajes contemporáneos, ya sean genios tecnológicos, del standup o mentes brillantes en general tienen algo en común, muchos de ellos han confesado sentirse dentro del espectro o incluso estar diagnosticados a edad adulta:

5 casos puntuales

  1. Bill Gates – El Genio Tecnológico
    “Bill Gates, fundador de Microsoft, reconoció recientemente tener rasgos autistas. Él comentó que actualmente el espectro considera muchos más casos que los que consideraba en los tiempos en los que el era niño, en ese entonces él será sólo “diferente”.
  2. Jerry Seinfeld – El Maestro de la Comedia
    Seinfeld se identificó públicamente como autista a los 60 años. Durante décadas gran parte de su comedia fue basada en lo absurdo de las rutinas y patrones y su manera de observarlas y narrarlas.
  3. Elon Musk – El Visionario Empresarial
    “Elon Musk reveló tener Asperger durante Saturday Night Live. Definitivamente su genialidad y estilo característico de interacciones sociales son una prueba irrefutable.
  4. Anthony Hopkins – El Actor Legendario
    “Anthony Hopkins fue diagnosticado con Asperger a los 70 años. Durante décadas fue ‘el actor intenso que se obsesiona con sus personajes’.
  5. Chris Rock – El Comediante Incómodo
    Chris Rock habló abiertamente sobre estar en el espectro. Su capacidad para diseccionar situaciones sociales complejas y convertirlas en humor revela un tipo de procesamiento mental muy particular y sistemático.

¿Qué tienen en común estos 5 genios?

Lo que todos tienen en común es que no fueron corregidos cuando fueron niños.

No fueron corregidos porque no había nada que corregir, en esos tiempos había una mayor tolerancia a las distintas personalidades y no estábamos con tantas expectativas de comportamientos, conocimientos y logros a temprana edad.

Todos han hablado sobre ser autistas, estar dentro del espectro, pero ninguno de ellos tuvo un diagnóstico a temprana edad.

Si hubieran sido niños en estos tiempos estarían diagnosticados.

La pregunta incómoda

¿Qué habría pasado si todos fueran niños en estos tiempos y fuesen diagnosticados?

¿Habrían sido los genios que son si pasaban por una terapia de normalización?

El precio de la normalidad

No estoy diciendo en ningún momento que debemos evadir un diagnóstico.

Un diagnóstico es una excelente herramienta para que una persona entienda por qué procesa el mundo diferente y pueda pedir las adaptaciones que necesita para prosperar siendo quien es.

Lo que no debe ser un diagnóstico es un boleto directo al mundo de la normalización, hay una diferencia entre diagnosticar para entender y diagnosticar para corregir, por que no hay nada que corregir.

¿Cuántas mentes brillantes estamos normalizando para no incomodar a las escuelas, padres, familiares y sociedad en general?

¿Cuantas mentes brillantes está perdiendo el mundo?

Los Elon Musk, Jerry Seinfeld y Bill Gates del mundo siempre estarán ahí. La diferencia es que antes los dejábamos ser genios. Ahora los convertimos en neurotípicos.

La Paradoja de la Conversión Gay y el ABA

En 1949 el premio Nobel de medicina fue entregado a António Egas Moniz, la comunidad médica celebraba la lobotomía como una avance revolucionario.

La lobotomía, para aquellos que no están familiarizados, consistía en cortar o destruir las conexiones nerviosas en el lóbulo frontal del cerebro.

El procedimiento más común, era la lobotomía transorbital: el cirujano insertaba un instrumento que básicamente era un picahielos a través del ojo, lo martillaba hasta atravesar el hueso orbital, y luego lo movía de lado a lado para cortar las fibras nerviosas.

El objetivo era “calmar” a pacientes considerados problemáticos: personas con esquizofrenia, depresión severa, ansiedad, y frecuentemente mujeres etiquetadas como “histéricas”.

Los médicos prometían que eliminaría los comportamientos “anormales” y haría que los pacientes fueran más “manejables”.

La lobotomía no curaba nada. Simplemente destruía la capacidad de expresar lo que la sociedad encontraba incómodo.

En la década de 1970 el procedimiento se prohibió en la mayoría de los países, lo que cambió no fue el procedimiento ni los resultados lo que cambió fue nuestra perspectiva. Hoy vemos claramente que era abuso disfrazado de medicina.

La historia se repite

Ese mismo año de 1970, mientras se prohibía la lobotomía en todo el mundo, en la UCLA en Estados Unidos comenzaba otro atroz experimento:

Un psicólogo noruego, Ole Ivar Lovaas, iniciaba dos ambiciosos proyectos:

  • Convertir niños gay en heterosexuales.
  • Convertir niños autistas en neurotípicos.

Mismo psicólogo, mismos métodos

No eran experimentos separados, eran experimentos del mismo creador, con los mismos métodos pero con un fin común: cambiar a los sujetos incómodos en sujetos aceptables por la sociedad, tal cual prometía la lobotomía.

Ese mismo psicólogo que condenamos por crear terapias de conversión gay, lo veneramos como el padre del tratamiento moderno del autismo.

Ese mismo psicólogo demostró que la diferencia entre tortura y terapia a veces es solo una cuestión de marketing.

La paradoja de hoy

La paradoja se encuentra en que esos mismos psicólogos que condenarían fervientemente a cualquier colega que practique terapias de conversión gay, aplican con orgullo las técnicas gemelas de Lovaas en niños autistas.

Casi todos los métodos que usan hoy los terapeutas de autismo – las recompensas, los castigos, la eliminación de comportamientos ‘problemáticos’, las sesiones intensivas – nacieron en los mismos experimentos que crearon las terapias de conversión gay.

El futuro neurodivergente

Quizás la mayor dificultad de los autistas es también otra paradoja: una de sus dificultades es la integración social, lo que dificulta que alcen la voz y detengan estas atrocidades.

No la alzan porque ser un adulto que se identifica como autista es algo que muchos quieren evitar, no es algo que precisamente ayude a mejorar su condición laboral, profesional o social.

Tampoco la comunidad LGBTQ+ alzó la voz inmediatamente. Tomó décadas de activismo para que el mundo reconociera que las terapias de conversión eran tortura.

Aprendamos de la comunidad LGBTQ+ a organizarnos y a cuestionar cualquier ‘terapia’ que busque eliminar identidades en lugar de apoyar a las personas. A exigir que los autistas adultos tengan voz real en las decisiones sobre los niños autistas.”

Las preguntas incómodas

António Egas Moniz murió en 1955 creyendo que había revolucionado la medicina. Su Premio Nobel permanece en los libros de historia, pero hoy vemos su ‘revolución’ como una de las vergüenzas más grandes de la psiquiatría.

Ole Ivar Lovaas murió en 2010 creyendo lo mismo.

¿Cuánto tiempo pasará antes de que miremos el ABA como miramos hoy la lobotomía? ¿Cuántos niños más tendrán que crecer para contarnos la verdad?”¿Tu hijo es uno de ellos?

Misma sociedad, distintos tiempos

La próxima vez que veas un niño autista en ‘terapia’, pregúntate: ¿está recibiendo apoyo o está siendo convertido? ¿Lo están ayudando a navegar el mundo siendo quien es, o lo están entrenando para parecer alguien que no es?

Los niños gay ya no tienen que fingir ser heterosexuales para ser aceptados. ¿Cuándo dejaremos de exigir que los niños autistas finjan ser neurotípicos?

“En 1974, el mismo psicólogo creaba dos terapias idénticas. Una buscaba ‘curar’ la homosexualidad. La otra buscaba ‘curar’ el autismo.

Hoy condenamos la primera y financiamos la segunda.

TDAH, el diagnóstico refugio

TDAH es la neurodivergencia más diagnosticada y aceptada socialmente.

Claro que esto no es un concurso de belleza o popularidad y no estaríamos en esta misma suposición con otro tipo de condición:

No imagino a un oncólogo diagnosticar anemia porque la gente lo ve menos raro o le asusta menos que leucemia.

En ninguna otra especialidad médica vemos que se diagnostique la condición más aceptada que la real.

Pero si es algo que pasa muy a menudo con el diagnóstico de TDAH

El TDAH se ha convertido en un diagnóstico refugio para muchos casos que en realidad son autismo, ¿por qué?

  • Es más aceptable socialmente
  • Se percibe como un “problema” más fácilmente tratable
  • Medicación socialmente aceptada
  • TDAH = “Superpower”, Autismo = “Discapacidad”
  • Más aceptable en escuelas

¿Suena más cool?

¡Claro que si!, me parece más aceptable para nosotros como padres, escuelas y amigos que sea TDAH en vez de Autismo y que bueno que mi psicólogo no está muy seguro por ahora y prefiere diagnosticar TDAH.

Esto es una forma más del enmascaramiento (masking) al que los autistas se ven sometidos hoy en día, ya sea de forma de estrategia, presión social o simplemente estrategia de camuflaje.

Del psicólogo complaciente…

Alguien que conscientemente elige el diagnóstico “fácil” para evitar conflictos:

¿Sabes que es lo peor de esta situación? Que además este sesgo está documentado y recomendado: “En los casos fronterizos entre TDAH y TEA (en los que se presentan serias dificultades para orientar la intervención), en tanto no cumpla los criterios completos del trastorno más grave (en este caso el TEA) será preferible quedarse con el diagnóstico de TDAH

Fuente: https://neuronup.com/estimulacion-y-rehabilitacion-cognitiva/trastornos-del-neurodesarrollo/tdah-trastorno-de-atencion-con-hiperactividad/diferencias-entre-tda-h-y-tea-comprendiendo-dos-trastornos-del-neurodesarrollo/

Los profesionales ADMITEN que prefieren diagnosticar TDAH cuando hay dudas.

Al psicólogo incompetente

Ya sea que lo haga conscientemente para evitar conflictos o por simple incompetencia, ambos casos recaen en la misma falta ética.

Un psicólogo debería estar consciente que así como un médico oncólogo sería totalmente incoherente diagnosticar anemia cuando se trata de leucemia, lo es diagnosticar una neurodivergencia en vez de otra.

Sin embargo es una convención social entre psicólogos: diagnosticar TDAH para permitir a la familia recibir la noticia y sentirse más cómoda que con el diagnóstico de autismo.

¿Cuáles son las consecuencias de este diagnóstico incorrecto?

El enmascaramiento es un término que refleja muchos de los desafíos para las personas autistas y comenzar con un diagnóstico “menos malo” es la forma perfecta de comenzar a enmascarar, ya sea que el paciente sea un niño de 3 años o un adulto.

Las estrategias se encuentran diseñadas para cada diagnóstico y no se pueden utilizar de forma intercambiable.

Finalmente la aceptación, nunca llegará porque no se sentirán totalmente identificados con su diagnóstico.

Un Cambio Necesario

Necesitamos que los psicólogos especializados en diagnóstico de neurodivergencias tengan la ética de cualquier otro profesional de la salud de la cual una vida depende, porque así es: quizás la persona no está en riesgo de muerte por una cardiopatía, cáncer o enfermedad terminal, pero está en riesgo de vivir una vida que no es la suya.

Recibir un diagnóstico correcto es una gran herramienta, poder entender porque pasan algunas cosas, que explica ciertas dificultades y entender que uno no está mal, simplemente es diferente, divergente: neurodivergente.

Pero no un neurodivergente complaciente con la sociedad, con el diagnóstico más aceptado, un neurodivergente en sintonía con su esencia y con lo que puede aportar y recibir de los demás.

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